Su vasta producción, habida cuenta del tamaño de sus lienzos y de que nunca se ha
dedicado profesionalmente al arte de la pintura, comprende más de ciento cuarenta
obras que atesora en su mayoría en Cellorigo. Será allí, en esa pequeña población
riojana, donde a finales de los años ochenta del pasado siglo, Luisón compró y
rehabilitó lo que ha sido el verdadero capricho de su vida, una casa-palacio que
fuera morada de los Frías-Salazar allá por el siglo XV y que hoy en día alberga un
interesantísimo museo con gran parte de su obra pictórica.
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